Su obra está repleta de criaturas y parece salida de un cuento, pero no exactamente de uno infantil. Es una obra cargada de simbolismo, oscura a la vez que delicada, en muchas ocasiones con tintes feministas.
Sarah tiene su propio alter ego, Bunny, que es sexy y segura de sí misma, y una imaginación desbordante con la que crea otros tantos seres mágicos

Her work is full of creatures and seems to come out of a story, but not exactly a children’s one. It’s a work loaded with symbolism, dark as well as delicate and with a feminist message inside
Sarah has her own alter ego, Bunny, who’s sexy and self-confident and a plentiful imagination that lets her create other magical beings